Estudio de Mateo 7

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Capítulo 7
7.1,2 Jesús dice que debemos examinar nuestras motivaciones y conductas en vez de criticar a los demás. Lo que nos molesta en otros son con frecuencia los hábitos que no nos gustan en nosotros mismos. Nuestros malos hábitos y moldes de conducta indómitos son los que queremos cambiar en otros. ¿Halla usted fácil magnificar las faltas de otros y no fijarse en las suyas? Si está a punto de criticar a alguien, vea si no merece usted la misma crítica. Júzguese primero y luego perdone con amor a su prójimo y ayúdelo.
7.1–5 La declaración de Jesús “No juzguéis” se refiere a la crítica y actitud de juicio con que se derriba a otros a fin de ponerse encima uno mismo. No es una condenación de cualquier crítica, sino un llamado a discernir antes de ser negativo. Jesús mandó a desenmascarar a los falsos maestros (7.15–23). Pablo enseñó claramente que debiéramos ejercitar disciplina en la iglesia (1 Corintios 5.1, 2) y confiar en que Dios tendrá la última palabra (1 Corintios 4.3–5).
7.6 Los cerdos eran animales impuros de acuerdo a la Ley de Dios (Deuteronomio 14.8). Cualquier persona que tocara un animal impuro se convertía en “impuro ceremonialmente”, y sin limpiarse no podía ir al templo a adorar. Jesús dice que no debemos entregar cosas santas a personas impuras o impías. Es pérdida de tiempo tratar de enseñar conceptos santos a personas que no quieren escuchar y que despreciarán lo que digamos. No debemos dejar de predicar la Palabra de Dios a los que no creen, pero debemos ser sabios y discernir qué enseñar y a quién para no desperdiciar nuestro tiempo.
7.7,8 Jesús nos dice que debemos persistir en nuestra búsqueda de Dios. No faltan las personas que se rinden después de algunos esfuerzos sinceros y concluyen que Dios no puede ser hallado. Llegar a conocer a Dios demanda decisión y Jesús asegura que nuestros esfuerzos serán premiados. No se rinda en su afán por encontrarse con Dios. Siga pidiéndole más sabiduría, paciencia, conocimiento, amor y comprensión. Él se los dará.
7.9,10 El niño, en el ejemplo de Jesús, pidió a su padre pescado y pan, elementos muy necesarios. Si el niño hubiera pedido una serpiente venenosa, ¿se la hubiera dado el padre sabio? A veces Dios sabe que pedimos “serpientes” y no nos lo concede. A medida que conocemos mejor a Dios como un Padre amoroso, aprendemos a pedir cosas buenas para nosotros, y luego Él nos las da.
7.11 Cristo nos está mostrando el corazón de Dios el Padre. Él no es egoísta, envidioso ni avaro. No tenemos que mendigar ni arrastrarnos cuando venimos con nuestras peticiones. Él es un Padre amante que comprende, cuida y conforta. Si los humanos pueden ser bondadosos, imagine cuán bondadoso puede ser Dios, el creador de todo lo bueno.
7.11 Jesús dijo “si vosotros, siendo malos” para contrastar a los seres humanos, pecadores y falibles con un Dios santo y perfecto.
7.12 Estas palabras se conocen comúnmente como la Regla de Oro. En muchas religiones se expresan negativamente: “No hagas a otros lo que no quisieras que hicieran contigo”. Al hacer esta declaración positiva, Jesús la hizo mucho más significativa. No es difícil frenar nuestra intención de causar daño a alguien; es mucho más dificultoso tomar la iniciativa para hacer un bien en favor de esa persona. La Regla de Oro, como Jesús la formuló, es el fundamento de la bondad y la misericordia activas, como la que Dios nos muestra cada día. Piense en una acción buena y misericordiosa que pueda hacer hoy.
7.13, 14 La puerta a la vida eterna (Juan 10.7–9) es “estrecha”. Esto no significa que sea difícil ser cristiano. Significa que hay muchas maneras de vivir la vida, pero un solo camino para vivir eternamente con Dios. Creer en Jesús es el único camino al cielo, porque solo Él murió por nuestros pecados y nos hizo justos delante de Dios. Vivir a su manera puede no ser fácil, pero es bueno y correcto.
7.15 Los falsos profetas aparecían con frecuencia en el tiempo del Antiguo Testamento. Profetizaban solo lo que el rey y la gente querían oír, y afirmaban que era el mensaje de Dios. Los falsos maestros eran tan comunes como lo son hoy. Jesús dice que hay que cuidarse de las personas cuyas palabras suenan a religión, pero que en verdad están motivadas por dinero, prestigio y poder. Usted puede identificarlos porque en sus enseñanzas disminuyen a Cristo y se glorifican a sí mismos.
7.20 Debiéramos evaluar las palabras de un maestro examinando su vida. Así como el árbol se conoce por la clase de frutos que da, un buen maestro mostrará buena conducta y un carácter moral alto al intentar vivir las verdades de las Escrituras. Esto no significa que debemos expulsar a los maestros de Escuela Dominical, pastores y demás que no hayan llegado a la perfección. Todos estamos expuestos al pecado y debemos mostrar la misma misericordia que nosotros mismos necesitamos. Jesús está hablando de los maestros que deliberadamente enseñan doctrinas falsas. Debemos examinar la motivación de los maestros, la dirección que están siguiendo y los resultados que están esperando obtener.
7.21 Algunos aficionados al deporte pueden “hablar” bien de lo que es un buen juego pero eso no quiere decir que pueden jugar bien. Y no todo aquel que habla del cielo pertenece al Reino de Dios. Jesús está más interesado en nuestro andar que en nuestro hablar. Él quiere que hagamos lo correcto, no que solo nos expresemos con corrección. Su casa (símbolo de su vida, 7.24) resistirá las tormentas de la vida si hace lo que es correcto. Lo que usted hace no puede separarse de lo que cree.
7.21-23 Jesús desenmascaró a las personas que aparentaban ser religiosas pero no tenían una relación personal con Él. En el Día del Juicio, solo nuestra relación con Cristo, nuestra aceptación de Él como Señor y Salvador y nuestra obediencia a Él, será tomada en cuenta. Muchas personas piensan que si son “buenas” y aparentan religiosidad serán premiadas con la vida eterna. La fe en Cristo es lo que se tendrá en cuenta en el juicio.<.5BI>
7.22 El juicio es el día final de ajuste de cuentas, cuando Dios castigará el pecado y premiará la fe.
7.24 Edificar “sobre la roca” es ser un discípulo atento que responde a su maestro, en vez de ser superficial e hipócrita. Practicar la obediencia se convierte en fundamento sólido para resistir las tormentas de la vida. Para leer más sobre poner en práctica lo que escuchamos, véase Santiago 1.22–27.
7.26 Como una casa de naipes, la vida del necio se tambaleará. Muchas personas no buscan deliberadamente un fundamento falso o inferior sobre el cual edificar sus vidas, sino que simplemente no piensan en cuál es el propósito de sus vidas. Muchas personas enfrentan la amenaza de la destrucción, no por terquedad sino por falta de reflexión. Parte de nuestra responsabilidad como creyentes es ayudar a otros para que se detengan y piensen en el rumbo que están siguiendo sus vidas y tengan en cuenta las consecuencias de prestar atención al mensaje de Cristo.<.5W1C1>
7.29 Los escribas (eruditos en religión) solían citar autoridades para apoyar sus argumentos e interpretaciones. Pero Jesús habló con una nueva autoridad: la suya. No tenía que citar a nadie porque Él es el Verbo (Juan 1.1).