Estudio de Mateo 2

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Capítulo 2
2.1 Belén es un pueblo pequeño que se halla tres kilómetros al sur de Jerusalén en una colina 600 metros sobre el nivel del mar. Es mencionado con más detalles en el Evangelio de Lucas. La información que da Lucas también explica por qué José y María se encontraban en Belén cuando Jesús nació, en lugar de Nazaret, su ciudad de origen.
2.1 La tierra de Israel había sido dividida en cuatro distritos políticos y en varios territorios pequeños. Judea estaba al sur, Samaria en el centro, Galilea al norte e Idumea al sudeste.
Belén de Judea fue profetizado como el lugar de nacimiento del Mesías (Miqueas 5.2). Jerusalén estaba también en Judea y era la sede del gobierno de Herodes el Grande, el que reinó sobre los cuatro distritos políticos. Después de la muerte de Herodes, los distritos fueron asignados a tres reyes(véase la nota en 2.19–22). A pesar de que fue insensible y malvado al asesinar a muchos de su propia familia, Herodes el Grande supervisó la renovación del templo, haciéndolo más grande y hermoso. Esto lo hizo muy popular ante muchos judíos. Jesús visitó Jerusalén muchas veces porque allí se llevaban a cabo las más grandes festividades judías.
2.1, 2 No se sabe mucho de estos magos (sabios). No sabemos cuántos fueron ni de dónde vinieron. La tradición dice que eran hombres de alta posición de Partia, cerca de la antigua Babilonia. ¿Cómo supieron que la estrella representaba al Mesías? (1) Quizás eran judíos de los que permanecieron en Babilonia después del exilio, y por eso conocían las predicciones del Antiguo Testamento acerca de la venida del Mesías. (2) Quizás eran astrólogos orientales que estudiaban manuscritos antiguos de todo el mundo. Debido al exilio judío de siglos anteriores, seguramente había ejemplares del Antiguo Testamento en su tierra. (3) Puede ser que recibieran un mensaje especial de Dios y dirección para encontrar al Mesías. Algunos eruditos dicen que eran de diferentes lugares, y que representaron al mundo entero al postrarse ante Jesús. Aquellos hombres de tierras lejanas reconocieron en Jesús al Mesías cuando la mayoría de los elegidos de Dios en Israel no lo hicieron. Mateo describe a Jesús como Rey de todo el mundo, no solo de Judea.
2.1,2 Los magos viajaron miles de kilómetros para ver al Rey de los judíos. Cuando lo encontraron, reaccionaron con gozo, adoración y le dieron regalos. Cuán diferente a la forma en que reacciona la gente hoy. Esperamos que Dios venga a buscarnos, que se dé a conocer, que demuestre quién es y que nos dé regalos. Pero los que son sabios todavía buscan a Jesús y lo adoran, no por lo que pueden conseguir, sino por lo que Él es.
2.2 Los magos dijeron que habían visto la estrella de Jesús. Balaam se refiere a la venidera “estrella de Jacob” (Números 24.17). Algunos dicen que probablemente fue una conjunción de Júpiter, Saturno y Marte que se vio el año 6 a.C. y otros dan otras explicaciones. Pero, ¿el Dios que creó los cielos, no pudo haber hecho una estrella especial para anunciar la llegada de su Hijo? Sin importar mucho la naturaleza de la estrella, estos sabios viajaron miles de kilómetros en busca de un Rey, y lo hallaron.
2.3 Herodes el Grande se sintió muy mortificado cuando los magos preguntaron acerca del rey recién nacido porque: (1) Herodes no era el heredero al trono de David, y muchos judíos lo odiaban por usurpador. Si Jesús era el verdadero heredero, habría problemas. (2) Herodes era cruel y, al tener muchos enemigos, vivía temiendo que alguno intentara derrocarlo. (3) Herodes no quería que los judíos, gente religiosa, se unieran alrededor de una figura religiosa. (4) Si aquellos magos eran descendientes de judíos y eran de Partia (la región más poderosa después de Roma), se alegraban del nacimiento de un rey judío que pudiera balancear el poder a expensas de Roma. Israel, que estaba lejos de Roma, podría ser presa fácil de una nación que intentara extender sus dominios.
2.4 Los principales sacerdotes y maestros de la Ley tomaron en cuenta Miqueas 5.2 y otras profecías sobre el Mesías. Las noticias de los magos inquietaron a Herodes porque él sabía que los judíos esperaban la pronta venida del Mesías (Lucas 3.15). La mayoría de los judíos esperaban que el Mesías fuera un gran militar y un libertador político, como Alejandro el Grande. Los consejeros de Herodes pudieron haberle dicho esto. Herodes no quiso correr ningún riesgo y ordenó la muerte de todos los bebés en Belén (2.16).
2.5, 6 Mateo a menudo se refiere al Antiguo Testamento. Esta profecía, una paráfrasis de Miqueas 5.2 fue anunciada siete siglos antes.
2.6 Muchos líderes religiosos creían en el cumplimiento literal de todas las profecías del Antiguo Testamento, por lo tanto creían que el Mesías nacería en Belén. Irónicamente, cuando Jesús nació, estos mismos líderes religiosos vinieron a ser sus más grandes enemigos. Cuando el Mesías, a quien estaban esperando, finalmente vino, no lo reconocieron.
2.8 Herodes no quería adorar a Cristo, estaba mintiendo. Era una trampa para lograr que los magos regresaran y le revelaran los detalles del rey recién nacido. El plan de Herodes era darle muerte.
2.11 Jesús tenía probablemente uno o dos años cuando los magos lo hallaron. En ese entonces, María y José ya estaban casados, viviendo en una casa, e intentando permanecer en Belén por un tiempo. Para tener mayor información del porqué se quedaron en Belén, véase la nota en Lucas 2.39.
2.11 Los magos le dieron estos regalos caros porque eran presentes valiosos para el futuro rey. Los estudiantes de la Biblia han visto en los regalos, símbolos de la identidad de Cristo y lo que Él podría lograr. El oro era un regalo digno de un rey; el incienso, un regalo para una divinidad; la mirra, una especie para un hombre mortal, que iba a morir. Estos regalos pudieron proveer recursos económicos para el viaje de la familia en su regreso a Egipto.
2.11 Los magos le ofrecieron presentes y adoraron a Jesús por lo que Él era. Esta es la esencia de la verdadera adoración: honrar a Cristo por su persona y estar dispuesto a darle lo que consideramos valioso. Adore a Dios porque es perfecto, justo y creador poderoso del universo, digno de lo mejor que uno puede dar.
2.12 Después de encontrar a Jesús y adorarlo, los magos recibieron la advertencia de no regresar a Jerusalén como ellos intentaban. Encontrar a Jesús puede significar que su vida deba tomar una dirección diferente, obediente y abierta a la Palabra de Dios. ¿Anhela usted seguir un camino diferente?
2.13 Este es el segundo sueño o visión que José recibió de Dios. Su primer sueño reveló que el hijo de María sería el Mesías (1.20, 21). Su segundo sueño le anunció cómo debería proteger la vida del niño. A pesar de que José no era su padre natural, era su padre legal y tenía la responsabilidad de protegerlo y buscar su bienestar. La dirección divina viene solo a corazones preparados. Desde su primera visión de Dios, José no se convirtió en una persona orgullosa, sino que permaneció receptivo a la dirección de Dios.
2.14, 15 Ir a Egipto no era extraño porque allí había colonias judías en las ciudades principales. Estas colonias se formaron durante el tiempo de la gran cautividad (véase Jeremías 43–44). Hay un paralelo interesante entre esta huida a Egipto y la historia de Israel. Cuando Israel era una nación en ciernes, se fue a Egipto, como Jesús lo hizo cuando era niño. Dios sacó de allí a Israel (Oseas 11.1). Dios trajo de regreso a Jesús. Ambos hechos muestran a Dios en acción para salvar a su pueblo.
2.16 Herodes, rey de los judíos, dio muerte a todos los niños menores de dos años, con la idea obsesiva de matar a Jesús, el rey recién nacido. Se manchó las manos con sangre, pero no logró dañar a Jesús. Era rey por mandato humano, Jesús lo era por mandato divino. Nadie puede alterar los planes de Dios.
2.16 Herodes temía que aquel rey recién nacido algún día lo destronara. No comprendía la razón de la venida de Cristo. Jesús no quería el trono de Herodes, sino ser el Rey en la vida de Herodes. Quería darle una vida eterna, no quitarle su vida presente. La gente hoy, a menudo, teme que Jesús le quite algo, cuando en realidad quiere darle verdadera libertad, paz y gozo.
2.17, 18 Raquel fue la esposa de Jacob, uno de los grandes hombres de Dios en el Antiguo Testamento. De los doce hijos de Jacob salieron las doce tribus de Israel. Raquel fue sepultada cerca de Belén (Génesis 35.19). Para tener una idea más amplia acerca del significado de este texto véase Jeremías 31.15, donde está el pasaje que se cita.
2.19–22 Herodes el Grande murió en 4 a.C. de una enfermedad incurable. Roma confiaba en él, pero no en sus hijos. Herodes sabía que Roma no daría a su sucesor tanto poder, de manera que dividió su reino en tres partes, una para cada hijo. Arquelao recibió Judea, Samaria e Idumea; Herodes Antipas consiguió Galilea y Perea; Herodes Felipe II recibió Traconite. Arquelao, un hombre violento, empezó su reinado dando muerte a tres mil personas influyentes. Fue deportado nueve años más tarde. Dios no quiso que la familia de José fuera a la región donde gobernaba este malvado.
2.23 Nazaret se hallaba en la zona montañosa del sur de Galilea, cerca al gran cruce de caravanas. La gente de Nazaret tenía contacto constante con personas de todo el mundo, de modo que las noticias les llegaban rápidamente. El pueblo en sí no era grande. La guarnición romana encargada de Galilea estaba establecida allí, lo que hacía que muchos judíos la despreciaran. Quizás por eso Natanael comentó: “¿Puede salir algo bueno de Nazaret?” (Juan 1.46).
2.23 El Antiguo Testamento no registra específicamente las palabras “el Mesías sería llamado nazareno”. Muchos eruditos creen, sin embargo, que Mateo se estaba refiriendo a Isaías 11.1 donde la palabra hebrea “vástago” es similar a la palabra “nazareno”. O quizás se refería a una profecía no registrada. Como sea, Mateo describe a Jesús como el verdadero Mesías, el que Dios anunció por medio de los profetas. Subrayó que Jesús, el Cristo, había tenido comienzos inesperados y humildes, tal como el Antiguo Testamento lo había predicho(véase Miqueas 5.2).