Estudio de Mateo 13
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Capítulo 13
13.2,3 Jesús utilizó muchas ilustraciones o parábolas al hablar a las
multitudes. En sus parábolas comparaba algo conocido con algo que no lo era. La
parábola motivaba al oyente a descubrir la verdad, y al mismo tiempo ocultaba
la verdad de los que eran demasiado ociosos o tercos para verla. Debemos tener
cuidado de forzar el sentido de las parábolas haciéndolas decir lo que no
dicen. Todas las parábolas tienen un significado a menos que Jesús lo haya
especificado de otra manera.
13.8 Esta parábola debe animar a los “sembradores” espirituales que enseñan,
predican y guían a otros. El agricultor siembra buena semilla, pero no todas le
brindan un rendimiento óptimo. Algunas semillas no germinan, y no todas las
plantas que crecen ofrecen el mismo resultado. No se sienta desalentado si
tiene la impresión de que nadie lo escucha a pesar de predicar con fidelidad la
Palabra. La fe no se puede forzar a traer resultados conforme a una fórmula
matemática. Más bien uno espera el milagro del Espíritu de Dios de usar
nuestras palabras para que otros se acerquen a Él.
13.9 Los oídos humanos captan muchos sonidos, pero hay una audición más
profunda que resulta en comprensión espiritual. Si usted busca con sinceridad
la voluntad de Dios, tiene audición espiritual, y estas parábolas le darán
nuevas perspectivas.
13.10 Cuando Jesús hablaba en parábolas, no estaba ocultando la verdad de los
buscadores sinceros. Los que eran receptivos a la verdad espiritual comprendían
las ilustraciones. Para los demás no eran sino historias sin sentido. Esto
permitió que Jesús diera alimento espiritual a los que tenían hambre, a la vez
que impidió a sus enemigos hacerle caer en trampas antes de tiempo.
13.12 Esta frase significa que tenemos la obligación de usar bien lo que
tenemos. Cuando uno rechaza a Jesús, esa dureza de corazón ciega aun la poca
comprensión que se tenga.
13.14–16 Esta profecía se halla en Isaías
6.9–10.
13.22 ¡Qué fácil es estar de acuerdo con Cristo cuando no se tiene la
intención de obedecerle! Es fácil hablar en contra de las ansiedades de la vida
y los engaños de las riquezas y aún así no hacer nada por modificar nuestros
caminos. A la luz de la vida eterna con Dios, ¿se justifican las
preocupaciones? Si usted tuviera todo cuanto quisiera a cambio de perder la
vida eterna con Dios, ¿valdría la pena?
13.23 Los cuatro tipos de terreno representan las diferentes respuestas que
podemos obtener al anunciar el mensaje de Dios. Algunas personas están
endurecidas, otras son superficiales, otras tienen demasiadas preocupaciones
que lo distraen y algunos son receptivos. ¿Cómo está enraizada la Palabra de
Dios en su vida? ¿Qué tipo de terreno es usted?
13.24ss Jesús da el significado de esta ilustración en los versículos 36–43. Todas las parábolas en este capítulo nos hablan de Dios y su Reino.
Explican qué es el Reino en oposición a nuestras expectativas. El reino de los
cielos no es necesariamente un lugar geográfico sino un dominio espiritual en
el que Dios gobierna y en el que tenemos la vida eterna de Dios. Entramos en
ese reino cuando aceptamos a Cristo como Salvador.
13.30 Los cardos verdes y los tallos verdes del trigo tienen un parecido y no
pueden diferenciarse hasta que crecen y están listos para la cosecha. Los
cardos (los que no creen) y el trigo (los creyentes) deben vivir lado a lado en
este mundo. Dios permite que los que no creen permanezcan un tiempo, como el
agricultor permite que los cardos permanezcan para no arrancar con ellos el
trigo. En la cosecha, sin embargo, los cardos se arrancan y se ponen a un lado.
La siega (juicio) de Dios de toda la humanidad se acerca. Debemos prepararnos
asegurándonos de que nuestra fe sea genuina.
13.31,32 La semilla de mostaza es una de las semillas más pequeñas. Jesús empleó
esta ilustración para mostrar que el Reino tiene comienzos insignificantes,
pero crecerá y producirá resultados notables.
13.33 En otros pasajes bíblicos, la levadura es con frecuencia un símbolo de
lo malo o contaminado. Aquí es un símbolo positivo de crecimiento. A pesar de
que parece un ingrediente menor, impacta toda la masa. Aunque el inicio del
Reino fue modesto, casi imperceptible, pronto crecería y haría un gran impacto
en el mundo.
13.40-43 Al final del mundo, los ángeles separarán a los malos de los que no lo
son. En las iglesias hay creyentes verdaderos y falsos, pero debemos de ser
cautos en nuestro juicio porque solo Cristo está calificado para hacer la
separación final. Si usted empieza a juzgar, puede dañar algunas de las “plantas”
buenas. Es más importante juzgar nuestra propia situación delante de Dios que
estar analizando a los demás.
13.42 Mateo usa con frecuencia estos términos para referirse al juicio
venidero. El lloro indica tristeza o remordimiento y el crujir de dientes,
ansiedad y dolor extremos. Los que dicen que no les importa lo que suceda
después de la muerte no tienen idea de lo que dicen. Serán castigados por vivir
en forma egoísta e indiferentes a Dios.
13.43 Los que aceptan el favor de Dios resplandecerán, en fuerte contraste
con los que reciben su condena. Una ilustración similar se usa en Daniel 12.3.
13.44-46 El reino de los cielos es más valioso que cualquier cosa que podamos
tener, de modo que una persona debe estar dispuesta a dar todo lo que tiene
para obtenerlo. El hombre que descubrió el tesoro en el campo tropezó con él
por accidente, pero notó su valor. El mercader buscaba diligentemente la perla
elegida; cuando la halló, vendió todo lo que tenía para comprarla.
13.47-49 La parábola de la red del pescador tiene el mismo significado que la
parábola de la cizaña. Estamos para hacer la voluntad de Dios y hablar a otros
de su gracia y bondad, pero no estamos en condiciones de decir quién forma
parte del reino de los cielos y quién no. Esta separación la harán en el juicio
final seres que están infinitamente mejor calificados para hacerlo.
13.52 Hay un beneficio doble en comprender y utilizar el Antiguo y el Nuevo
Testamento. El Antiguo Testamento señala a Jesús el Mesías. Jesús siempre
reconoció la autoridad y relevancia de esta parte de las Escrituras. El Nuevo
Testamento revela a Cristo mismo, el que está ahora disponible a todo aquel que
acepta su reino espiritual. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento tienen
enseñanzas acerca de Dios y ofrecen consejos prácticos para vivir en el mundo.
Los líderes religiosos, sin embargo, se estancaron en el Antiguo e ignoraron el
Nuevo. Buscaban un reino futuro precedido de juicio. Jesús, en cambio, enseñó
que el Reino era en el presente y el juicio en el futuro. Los líderes
religiosos buscaban un reino temporal y físico (rebelión militar y gobierno
humano) pero no vieron el significado espiritual que el reino de Cristo traía.
NAZARET RECHAZA A JESÚS
Cronológicamente,
este regreso a Nazaret tuvo lugar después que Jesús estuviera en la región de
los gadarenos, donde curó a los hombres poseídos por el demonio (8.28–34). Luego
volvió a cruzar el mar con destino a Capernaum. De allí viajó a Nazaret, donde
había crecido, para descubrir que la gente rehusaba creer que Él fuera el
Cristo.
13.55 Los residentes del pueblo donde Jesús creció lo conocían desde niño y
habían estado relacionados con su familia, y no podían creer su mensaje.
Estaban cerrados. Jesús había ido a ellos como profeta, y los profetas
demandaban una respuesta a una verdad espiritual impopular. No prestaron
atención al mensaje eterno porque no podían ver más allá del hombre.
13.57 Jesús no fue el primer profeta que fue rechazado en su país. Jeremías
experimentó el rechazo de su pueblo natal y aún de su propia familia (Jeremías 12.5, 6).
13.58 Jesús hizo pocos milagros en su propia tierra “a causa de la
incredulidad”. La incredulidad ciega a las personas a la verdad y hurta sus
esperanzas. Este pueblo perdió al Mesías. ¿Cuál es la medida de su fe? Si no
puede ver las obras de Dios, tal vez es por su incredulidad. Crea que Dios
puede obrar con poder en su vida y esté a la expectativa. Mire con los ojos de
la fe.